jueves, 6 de mayo de 2010

“Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste” Apóstol Pablo (2 Timoteo 1:13)


Pablo siempre hizo hincapié en sus cartas de no apartarse de lo que él había enseñado. Muchas veces me pregunté cómo la iglesia católica romana pudo apartarse tanto de la verdad, en qué momento fue, cómo nadie se dio cuenta. En los últimos meses, sin que lo estuviese buscando, estas preguntas empezaron a ser respondidas. Y ayer Charles Spurgeon, a través de un fragmento de un sermón suyo, terminó de confirmar lo que venía deduciendo. Me asombra la claridad que tenía este predicador y cómo sus pensamientos trascienden su época. Traduje esa parte de su sermón y la pongo acá para compartirlo:


También recuerden que un error doctrinal no sólo es un pecado, sino que es un pecado que tiene una gran tendencia a incrementarse. Cuando un hombre en algún momento de su vida cree una cosa equivocada, es maravilloso lo rápido que cree en otra cosa equivocada. Una vez que se abre la puerta a una falsa doctrina, Satanás dice que es una pequeña, sí, pero él sólo introduce la pequeña como si fuese el extremo más chico de una cuña, y su intención es introducir una más grande, y él dirá es sólo un poco más, y un poco más, y un poco más. Los herejes más detestables que han pervertido la fe de Dios se fueron equivocando poco a poco, aquellos que más se alejaron de la verdad lo hicieron gradualmente.

¿Cuándo se convirtió la Iglesia de Roma en ese montón de abominaciones? Fue a través de desviaciones graduales. No se convirtió en abominable desde el principio, no fue la
“madre de las prostitutas” de una sola vez, pero primero se adornó con algunos ornamentos, luego con otros, y poco a poco continuó perpetrando sus fornicaciones con los reyes de la tierra. Fue cayendo poco a poco, y de la misma manera se apartó a sí misma de la verdad. Por siglos fue una Iglesia de Cristo, y es difícil decir, mirando la historia, cuando fue el momento exacto en el cual dejó de ser contada entre las Iglesias Cristianas. Tengan cuidado, cristianos, si cometen un solo error, no pueden saber cuántos más irán a cometer.

“Retén la forma de las sanas palabras”, porque un error en la doctrina casi inevitablemente conduce a un error en la práctica.
Cuando un hombre cree equivocadamente, pronto actuará equivocadamente. La fe tiene una gran influencia sobre nuestra conducta. Un hombre es como es su fe. Si comienzas a absorber doctrinas erróneas, pronto ellas tendrán un efecto sobre tu práctica.

Charles Spurgeon, 11 de mayo de 1856.


Esto se está notando claramente en el cristianismo actual . Enseñanzas dadas hoy en día con normalidad en muchas iglesias, como por ejemplo la de los demonios “abusadores de creyentes” llamados Incubo y Súcubo (con raíces en la creencia popular europea de la Edad Media como explicación de la polución nocturna) hubieran sido imposibles de introducir hace algunos años, pero hoy en día es posible escucharlas desde los púlpitos debido a que en los últimos años las precedieron doctrinas erróneas más sutiles que les prepararon el camino. Muchos falsos maestros al introducir estas herejías aseguran que Dios los hizo esperar un tiempo para presentarlas a la iglesia porque ésta no estaba preparada para semejante nivel de revelación, cuando en realidad, como explicaba Spurgeon más arriba, es el mismo Satanás quién les dice esto porque sabe que no puede meter la cuña por el lado más grueso.

Personalmente creo que el deterioro actual de la doctrina que nos legaron los apóstoles es imparable, y es parte del plan de Dios. Lo que antes tardó muchos siglos, ahora será mucho más rápido a causa de la globalización. Mientras tanto, quienes creemos que la clara enseñanza de Jesús y sus apóstoles registrada en la Biblia es suficiente, sigámosle haciendo caso a Pablo:

“Así que, hermanos, estad firmes y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.”

Apóstol Pablo (2da. Tesalonicenses 2:15)

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